viernes, 17 de junio de 2011

Vivir, vivir, vivir, vivir, vivir, vivir.

Hace unos pocos días falleció el familiar de un amigo.
Estuve con él el miércoles en el funeral, y aunque está destrozado por dentro, por fuera trata de seguir transmitiendo esa energía natural, ese positivismo. Vé a su familiar en el cielo, y él se vé a si mismo en este mundo tratando de sobrellevarlo... y sin dejar de tener ganas por vivir. Me maravilla este amigo.
Vivir, vivir. Considero que la vida es maravillosa, pese a los pesares de ésta. Muchas veces los problemas (de los cuales aprendemos) nos ciegan y nos impiden ver la importancia de la vida, pero si conseguimos abrir los ojos lograremos ver luz al final del tunel, y es que la vida merece la pena ser vivida al máximo.
Tenemos dos opciones: una, sentirnos derrotados, detenernos, estar amargados, y no avanzar. La otra, levantarnos ante las adversidades, tirar adelante, sonreír siempre que tengamos la oportunidad, valorar cuanto tenemos, y vivir al máximo la vida. ¡Yo elijo esta segunda! :)
Hace meses falleció un amigo mío, a los 21 años, por un accidente con su coche. Aquello hizo replantearme muchas cosas. Y así es como pienso. Creo que debemos vivir al máximo la vida, porque por un lado, no sabremos cuándo podremos dejar de disfrutar de la compañía de una persona, y por otro lado, no sabremos cuándo podremos dejar de disfrutar nosotros mismos de este mundo.
Vivamos la vida, aprovechémosla, tenemos muchas formas y opciones de hacerlo... dando lo mejor de nosotros mismos hacia los demás (¡y hacia nosotros mismos!), con cariño, humor, con una simple sonrisa, explorando el mundo, tratando de aprender. Aprovechemos el tiempo; ¡vivamos la vida al máximo!
"Andrés".

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